La instalación de gas en una vivienda o en un establecimiento industrial o comercial no siempre es fácil. Nosotros sabemos todos los puntos críticos existentes y somos plenamente conscientes de que es muy común cometer errores, sufrir retrasos e incluso que se produzcan accidentes.
Además, el consumo de gas natural está creciendo cada vez más. Esto se traduce en una mayor competitividad por los recursos, así como en un aumento exponencial de la burocracia. Todo esto, en definitiva, te puede dar la sensación de que obtener tu proyecto de manera eficiente es misión imposible.
Sin embargo, te podemos asegurar que no es así. Dado que nosotros llevamos muchos años en este sector, vamos a echarte una mano. Hemos conseguido reducir a 3 los pasos a seguir. Si los cumples a rajatabla, te podemos garantizar el éxito absoluto en tu proyecto.
1. Determina qué tipo de instalación necesitas
Has de saber que existen varios proyectos de esta naturaleza. Tú has de escoger cuál te conviene y actuar en consecuencia. Son los siguientes:
- Proyectos de instalaciones receptoras de gas. Son, sin duda, los más comunes. Se trata de conducciones que conectan los puntos de consumo con las acometidas (puntos que dividen la parte privada de la instalación de la pública). Pueden estar bajo tierra o al aire libre. En la mayor parte de los casos, el proyecto es obligatorio.
- Proyectos de instalaciones de estaciones de regulación y medida. Se trata de aquellos aparatos (se incluyen los de medición y cálculo) que ajustan la presión del gas de la acometida pública a las necesidades de la instalación privada. Exigen un gran número de medidas de seguridad, así como la aprobación de las Administraciones respectivas. Técnicamente, no es posible hacer uso del gas sin la presencia de una estación como esta.
- Proyectos de plantas de gas licuado. Propios de los casos en los que no es posible consumir el gas directamente de la acometida pública.
2. Da respuesta a los aspectos prácticos
Una vez sabes qué tipo de proyecto necesitas, llega el momento en el que has de dar respuesta a algunas preguntas de tipo práctico. Por ejemplo, ¿dónde necesitas que se lleve a cabo la instalación? Ten en cuenta que esto marca en enorme medida la forma final del proyecto. No solo por la legislación aplicable, sino también por los recursos necesarios.
Por otro lado, es muy importante que valores el presupuesto que tienes disponible. Muchas veces, el dinero es el que acaba marcando cómo será la instalación. Has de tener claro cuánto puedes gastar para lograr tus objetivos concretos.
Además, has de conocer cuál es el suministro del que vas a echar mano. No es lo mismo una fábrica que necesite climatización de varios miles de metros cuadrados que un domicilio. La instalación es muy diferente. Has de tener medida la superficie que vas a necesitar cubrir.
Tras responder a estas cuestiones, ya es posible tomar decisiones de calado. Asimismo, estos factores marcarán en gran medida el coste final de todo el proyecto.
3. Consigue un buen proyecto de instalación de gas
Es momento de empezar con las cuestiones verdaderamente serias para que obtengas tu proyecto de instalación de gas. Por supuesto, este ha de ser de la máxima calidad, ya que hay muchas razones que así lo justifican. Ten en cuenta que el importe de las sanciones ha ascendido exponencialmente. Además, no olvides que el gas puede ser muy peligroso si no se maneja debidamente.
En este sentido, debes acudir a profesionales que te faciliten un proyecto que incluya:
- Una memoria. En ella ha de determinarse el alcance, la capacidad y el ámbito de la instalación. Por otro lado, ha de incluir los datos del titular, el emplazamiento, la normativa aplicable, el diseño y un manual de uso y mantenimiento.
- Los cálculos oportunos. Especialmente referidos a cuestiones de seguridad, de dimensiones de tubería y de autonomía. También ha de contener un estudio básico de salud y seguridad.
- Los planos del sistema. Tanto detallados como generales, con diagramas de flujo y distancias de seguridad. Si corresponde, debe estar detallado un sistema de gestión de residuos durante la construcción y en una supuesta demolición.