¿Ha llegado el momento de que tu negocio pase una supervisión energética? No es de extrañar, ya que una auditoría energética es esencial por muchas razones.
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POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EFECTUAR UNA AUDITORÍA DE EFICIENCIA ENERGÉTICA
El sector de la energía viene a representar en torno a dos tercios de la emisión mundial de gases invernadero. En el marco actual de la lucha contra el cambio climático, se está avanzando en una mejor regulación de su uso.
Una mentalidad que también ha llegado a Europa, como demuestra la Directiva 2012/27/UE. En ella se establecen medidas para lograr determinadas metas en materia de ahorro energético. También para fomentar el uso de energías renovables. Una de las mejores maneras de conseguir todos estos objetivos es intensificando la práctica de auditorías de energía.
Según dicha normativa, se tiene que llevar a cabo una auditoría mínima y obligatoria cada cuatro años en cualquier gran empresa. Cumplen este requisito los negocios que tengan en plantilla un mínimo de 250 empleados. También aquellos que acrediten un volumen de 50 millones de euros o más o un balance que iguale o supere los 43 millones de euros.
Qué se analiza en una auditoría de eficiencia energética
Una sólida auditoria de eficiencia energética debe analizar, como mínimo, el 85 % de la instalación. Además, debe valorar los siguientes parámetros:
- Consumo de energía. Se mide con la ayuda de las facturas de los ejercicios anteriores. Así se puede establecer una comparación entre la información real y la que se podría conseguir con una optimización. De este modo, se podrán emprender las reformas necesarias para mejorar la situación.
- Estudio de la red de electricidad. También se ha de medir el volumen de energía que se queda sin consumir. Se trata de un inteligente y rápido diagnóstico que permitirá un mejor aprovechamiento.
- Envolventes. Es imprescindible conocer la ubicación de cualquier lugar que pueda provocar pérdidas de energía. Puede consistir en un cerramiento, un puente térmico, un hueco, etc. En función de las dimensiones del escape, se podría estar sufriendo un verdadero derroche de energía.
- Iluminación. Ha de armonizarse una buena visibilidad con el menor consumo posible. Para ello, al efectuar la auditoría se tendrá que efectuar un inventario de todos los equipos lumínicos. Así se podrá decidir si se mantiene la infraestructura o se cambia por otra más eficiente, como la de tipo led.
- Climatización. Otro elemento que conviene analizar es el estado de los equipos de refrigeración o calefacción. Incluye la calidad de la distribución a cada una de las estancias del edificio.
- Control y gestión. Cualquier equipo que se emplee para regular el uso de la energía ha de ser revisado minuciosamente. La informatización en la supervisión energética es muy recomendable y no debe descuidarse.
Cómo comienza una auditoria de eficiencia energética
No puede explicarse con rigor qué es una auditoria energetica sin mencionar las diferentes fases por las que ha de pasar. Aunque cada empresa tiene su propio sistema, de una u otra forma, tiene que remitirse a estos pasos:
- Entrevista y recogida de datos. La mejor manera de empezar este análisis es entrevistar a los responsables del edificio. Así podrá tantearse el terreno y planificar el resto del recorrido. Ya en este primer encuentro es esencial recabar la mayor cantidad de información. Cuanta más se consiga, mejor fundamentado estará el posterior análisis.
- Inspección visual. Ha de ser realizada pro el propio auditor, lo más al principio posible. Esta labor ha de comprender todas las instalaciones, tanto las principales como las secundarias.
- Cuestionario a los inquilinos. Además de los responsables, siempre es conveniente hablar con las personas que están viviendo en la edificación. Este encuentro proporcionará valiosa información que no podrá obtenerse de otra forma. Por ejemplo, sobre la habitabilidad del inmueble y los hábitos de consumo.
- Informe preliminar. Toda la información que se haya recopilado es conveniente que figure en un informe. No se trata de la versión definitiva, sino de una preliminar, con las conclusiones extraídas hasta el momento.
En resumen, este estadio inicial de la auditoría es importante para planificar su desarrollo. Es decir, los objetivos que habrán de seguirse y el plazo asignado a cada uno.
Cómo continúa la auditoria de eficiencia energética
Para pasar a la acción, lo mejor es empezar con medidas experimentales en función de la información conseguida. También deben ser medidas certificadas, que cumplan con la legislación vigente. Para ello, es imprescindible efectuar un detallado diagnóstico de la situación. En él se establece qué parámetros cumplen con la normativa y cuáles no.
El objetivo es analizar la desviación que pueda haber entre la información recopilada con la que debería existir. Es decir, se pretende medir la capacidad de ahorro de energía de la zona.
Antes de proceder a la elaboración del informe final, también hay que cuantificar una serie de propuestas. En ellas se debe ver reflejado el ahorro que conllevaría la adopción de cada medida. Esta información tiene que cuantificarse en cifras energéticas (kilovatios por hora al año), económicas (euros anuales) y medioambientales (volumen de dióxido de carbono anual).
Estas medidas pueden presentar considerables diferencias entre sí, ya sea por su naturaleza o por el gasto que conllevan. Su grado de complejidad también puede variar enormemente. Algunas de las más habituales son reducir la potencia en la iluminación del alumbrado comunitario o la apuesta por instalaciones fotovoltaicas. Cualquier actuación que, en definitiva, sustituya los equipos existentes por otros mejores.