A la hora de poner en marcha un negocio o una actividad empresarial hay una serie de licencias que se deben obtener como requisitos, como el proyecto contra incendios. Este documento se refiere a un plan preventivo para atajar posibles incendios. Del mismo modo, también se pueden elaborar planes de otros tipos, tantos como requisitos legales se exijan desde la Administración.
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¿EN QUÉ CONSISTE UN PROYECTO CONTRA INCENDIOS?
Lo que denominamos proyecto contra incendios consiste en una serie de requisitos que necesita cumplir un edificio para estar preparado ante una hipotética acción del fuego. El objetivo de estas medidas no es otro que el de salvar las vidas de quienes se encuentren en el interior y reducir al máximo el daño económico. De la mano de este primer objetivo encontrarás otro también importante, el de poder volver a la normalidad cuanto antes. El sistema contra incendio debe prever la protección y procurar, en la medida de lo posible, que se pueda retomar la actividad en el menor tiempo posible.
Está pensado para ser aplicado en edificios donde se produce una actividad económica, como una industria. También es necesario para edificios de uso público como hospitales, escuelas u hoteles, estos requerimientos se pueden consultar en la norma correspondiente: RSCIEI
LOS OBJETIVOS
Anteriormente te mencionábamos varios objetivos de este plan o proyecto. Es importante matizar que cuentan con una jerarquía en la que la vida es el valor más importante. Los aspectos de minimizar el daño y permitir la reanudación de la actividad están subordinados y responden, sobre todo, a las necesidades de las aseguradoras. Esto quiere decir que cuanto más completo sea el plan de protección más servirá para rebajar la prima de riesgo del seguro, lo que ahorra costes.
Dos tipos de medidas contra incendios
A la hora de diseñar un plan para un edificio hay dos herramientas que se pueden emplear de manera combinada. Hablamos de las pasivas de protección y las activas. Cada una afronta problemas diferentes o comunes, pero desde distintos enfoques. Es importante entender que no hay un tipo más importante que el otro. Cada uno afronta diferentes retos de un posible incendio y aporta en una etapa distinta.
MEDIDAS PASIVAS
Las medidas pasivas se basan en el diseño y organización de los elementos del proceso constructivo. Su influencia en este ámbito busca repercutir en escaleras, pasillos y otros espacios que ayudan a evitar la aparición de fuego o su propagación. Algunas medidas asumen la existencia del fuego y del humo, pero se centran en plantear una resistencia a sus efectos. Esta puede consistir en un esfuerzo extra de diferentes materiales o zonas que puedan resultar sensibles.
En nuestros proyectos de sistemas contra incendios entendemos que, a veces, los incendios pueden estancarse o ralentizarse según el diseño del edificio. En este sentido, podemos asesorar con un proyecto a constructores de obra nueva. En el caso de edificios ya construidos es posible introducir mejoras y variaciones para reforzar dichas barreras pasivas.
MEDIDAS ACTIVAS
Las medidas activas son las que sí participan en la extinción del fuego. Estos recursos buscan cumplir los objetivos de un sistema contra incendio; es decir, disminuir las bajas humanas, evitar costes materiales y favorecer la reutilización rápida del edificio. Esto no solo se consigue mediante extintores y mangueras, sino también con el apoyo de diversas actuaciones:
- El primer paso es la detección, es decir, ser conscientes de que existe un incendio y determinar su alcance y características en pocos minutos.
- Alerta y señalización son dos conceptos posteriores que ayudan a evitar bajas imprudentes. El objetivo es informar a todo el mundo de la situación y recordar las medidas de evacuación básicas. Estos recursos cuentan con protección y baterías propias, para evitar que se inhabiliten rápido por el fuego y el humo.
- Extinción de las llamas debido a agentes extintores. Esta parte es quizás la más conocida y es la que ataja directamente el fuego. En general, lo ideal es que estas tareas las realicen los profesionales. Sin embargo, en niveles bajos de riesgo o en situaciones de absoluta emergencia, es posible favorecer que las personas más próximas extingan parcial o totalmente el fuego. Esto se puede conseguir mediante aparatos sofisticados, mangueras, tubos de agua, etc.