Antes de aludir directamente a la licencia de actividad de peluquería, es preciso atender a los pasos para abrir una peluquería. Al fin y al cabo, se trata de un negocio que requiere el seguimiento de unas etapas específicas hasta su inauguración. Veámoslas.
1. Partir del desarrollo de un presupuesto
Uno de los aspectos que más va a limitar el modo en el que vas a abrir una peluquería es el presupuesto que manejes. La inversión necesaria, es evidente, va a depender de diversos aspectos. Entre ellos, destacan los siguientes:
- La obtención de la licencia de apertura y del proyecto técnico y la autorización de obras. De todo esto te hablaremos más adelante por su especial relevancia.
- El acondicionamiento del local. Dependiendo de cada caso, pueden necesitarse cambios estructurales o simplemente de mobiliario.
- Compra de equipo y de herramientas de peluquería. Desde maquinillas hasta peines, pasando por planchas, secadores y productos para el cabello.
- Alquiler del local y pago de proveedores. Se trata de gastos enormemente variables, porque dependen de las circunstancias de cada caso, como la cantidad de material adquirido o las dimensiones del establecimiento.
- Sueldo de los trabajadores. Dependiendo de la cantidad de profesionales que necesites en tu local, precisarás del pago de uno o varios salarios, con todo lo que ello conlleva.
A modo orientativo, las estadísticas demuestran que la apertura de un negocio de este tipo suele exigir una inversión inicial de entre los 40 y 50 mil euros.
2. Continuar dando respuesta a los aspectos prácticos
Una vez ya tienes asignado un presupuesto a la apertura del negocio, es preciso dar respuesta a las cuestiones prácticas. Evidentemente, deberás usar el dinero disponible como guía para cada respuesta. Los puntos en torno a los cuales giran estos aspectos son los siguientes:
- Ubicación del local. Teniendo en cuenta el precio del metro cuadrado en cada sitio, así como la menor o mayor visibilidad del lugar.
- Precios de mercado. Conocer los precios de mercado de tu zona te permitirá decidir los importes de los servicios que ofrezcas.
- Tipos de clientes. ¿Mujeres, hombres o ambos? ¿Niños o adultos? Dependiendo de cada supuesto, deberás idear la peluquería de una u otra manera.
- Momento de apertura. Según el momento en el que desees comenzar a operar, podrás organizar los plazos de actuación.
- Competencia. Debes estudiar si existen muchas peluquerías en tu entorno y, en su caso, qué clase de amenaza competitiva supone cada una de ellas. Esto te permitirá adaptar tu negocio.
3. Decidir la forma jurídica
Aunque este es un punto que pasa desapercibido muy a menudo, es clave. Al fin y al cabo, va a marcar aspectos tan importantes como quién responderá en caso de deuda o qué impuestos deberán abonarse. Al respecto, hay tres formas jurídicas esenciales:
- Trabajar como autónomo. Esta es la opción más común, en especial para los nuevos. Los trámites son más sencillos que en otras opciones. Además, existen promociones en la cuota de autónomos para los negocios nuevos. Es cierto, eso sí, que suelen ser descuentos temporales.
- Trabajar como sociedad limitada. Es propio delos negocios algo más grandes. Gestionar y crear una S. A. no siempre es fácil y barato. Eso sí, te ahorras el IRPF. En todo caso, todo depende de tus ingresos y de tus objetivos. Lo ideal, en todo caso, es dejar la posibilidad de ser una sociedad al futuro, y no comenzar de esta manera. Todo podrá ir cambiando conforme pase el tiempo y la empresa vaya asentándose de la forma debida.
- Trabajar como franquiciado. Reservado para el caso en el que se quiera depender de una matriz. A cambio de determinados servicios (como el uso de la imagen), deberá pagarse un canon. El franquiciado, por supuesto, deberá someterse a las directrices de la empresa. Si esto no se hace así, podrán sufrirse serias consecuencias, como la pérdida de los derechos de explotación.
4. Definir tu imagen de marca
La imagen de marca de un negocio puede llegar a condicionar su mayor o menor éxito en muchos niveles. Al fin y al cabo, es lo que resulta atractivo (o no) en un primer momento. Esta imagen de marca incluye, entre otros, los siguientes puntos:
- El nombre de la empresa.
- Los colores corporativos.
- El diseño y la decoración interior del local.
- El modo de tratar a los clientes.
- El mobiliario y los estilos de peinado ofrecidos.
Esto genera toda una imagen que acaba asociándose a tu marca. Si lo haces debidamente, puede suponer una de tus bazas fuertes. Además, a esto se le añade el conjunto de estrategias de publicidad que profesionales del sector puedan proveer.
En este punto, no debes olvidar:
- Invertir en nuevas tecnologías. Tener presencia en internet es hoy fundamental.
- Hacer uso de métodos publicitarios tradicionales. Hablamos de carteles, volanderas y anuncios.
- Ofrecer servicios satisfactorios a tus clientes. Si cubres sus necesidades, tu negocio irá bien.
- Tratar de evolucionar y seguir las modas y tendencias de cada momento.