Una correcta instalación de calderas de biomasa no es una tarea sencilla. De hecho, requiere de conocimientos avanzados, de sistemas muy precisos y de experiencia previa en el sector. Nosotros lo sabemos muy bien, pues llevamos mucho tiempo en él. Es la única manera de no cometer errores y evitar los retrasos.
Por otro lado, no has de olvidar todos los aspectos relacionados con la burocracia. Las leyes aprobadas últimamente pueden darte la sensación de que la obtención de los permisos es un laberinto sin fin, especialmente desde que la UE tomó partido. Además, quizás pienses que es un proyecto demasiado costoso y que, por tanto, se escapa del presupuesto que puedes manejar.
Pues bien, desde Projectum hemos de decirte que todo depende de cada caso concreto. Nosotros contamos con mucha experiencia en este ámbito, por lo que hemos tenido oportunidad de ser testigos de toda clase de situaciones. Esto nos ha permitido determinar que la mejor manera de que obtengas tu caldera de manera fácil, rápida y económica es siguiendo estos tres pasos.
1. Determina qué tipo de instalación concreta deseas
Pese a lo que muchas personas creen, no solo existe una clase de caldera de biomasa. Lo cierto es que podemos encontrar, al menos, tres. Se trata de las siguientes:
- Calderas de pélets. Se caracterizan por ser de pequeña potencia (hasta 70 kW). Además, consumen pélets de biomasa. Son extremadamente eficientes, por lo que gozan de un gran éxito en los hogares. Por otro lado, disponen de un elevado grado de automatización y son muy rentables.
- Calderas de biomasa en sentido estricto. Con un rango de potencia muy amplio (de 25 a 500 kW), pueden hacer uso de diversos tipos de combustible (siempre, por supuesto, orgánicos). Eso sí, para cambiar de uno a otro, es necesario una reprogramación e incluso cambios técnicos.
- Calderas mixtas. Presentan varios niveles de potencia (normalmente 200 kW). Como las anteriores, admiten varios tipos de combustible. La diferencia es que no se requiere nada en particular para emplear uno u otro. Se hace de manera rápida y eficiente.
2. Concreta todos los aspectos prácticos
Una vez has elegido el tipo de caldera, es el momento de que des contenido a tu proyecto. Para eso, trata de responder a estas preguntas prácticas, aunque sea de modo amplio:
- Dónde quieres llevar a cabo la instalación. Para diferenciar entre los casos domésticos de los industriales o profesionales.
- Qué presupuesto vas a manejar. El dinero que tengas disponible te guiará sobre las distintas opciones a tu alcance.
- Qué superficie vas a querer cubrir. Este factor determina el tipo y modo de instalación, así como su coste.
3. Consigue un estudio de instalación de calderas de biomasa adecuado
Sin duda, este es el punto más importante de todos. Es preciso que consigas un estudio completo y adecuado del proyecto que vas a acabar realizando. Como mínimo, ha de incluir los siguientes puntos clave:
- Una memoria completa. Se determinan los fundamentos básicos de la caldera, desde su alcance a su capacidad. También se indica quién será el titular y por qué diseño se va a optar. Por otra parte, debe reflejar la normativa aplicable y detallar la capacidad de producción. En algunos casos, es conveniente incluir un manual de uso y de instrucciones.
- Los cálculos necesarios. La complejidad de una instalación como esta precisa de calcular las dimensiones, la autonomía, la capacidad y las distancias. En este sentido, se han de tener muy en cuenta las directrices básicas sobre salud y seguridad.
- Los planos completos del sistema. La caldera debe quedar detallada antes de instalarse. También, dependiendo de los casos, se ha de incluir un planning de gestión de residuos y de posible demolición. Por supuesto, todo ha de hacerse acorde a la legislación vigente.